miércoles, febrero 06, 2008

LA BIBLIOTECA IMPOSIBLE IV PROYECTOS

— Pero si escribe ¿cuándo lo hace y dónde?

— Escribo en los bares... Durante cinco o seis minutos, o quizá menos, en cualquier sitio y sobre una servilleta de papel, por ejemplo. ¿Debería adjuntarla como se hace con otros documentos en las actas? Mira aquí tengo una. Se titula "las notas de la servilleta" debajo una pregunta, para unir al tema del ¿soporte? Y a continuación sólo renglones, cada renglón una ida, que podría desembocar en una novela, cada línea me refiero. Imagina si no:

El viejo Petronilo Marceliano Tardón saca una servilleta arrugada, doblada en cuatro o cinco trazos, con algunos garabatos a lápiz, la mancha con la cerveza que ya casi termina, y lee:

Las piernas de mi vecina: Se sienta frente a mí una señora treintañera Habla en inglés.

— ¿Y qué más?- Pregunto

— No recuerdo nada más, seguro que cuando tomé esta nota permanecía más atento a las piernas de la señora que se sentaba frente a mí que a otra cosa. Me sucede ahora lo mismo, estoy más pendiente de tus piernas que de tus preguntas... Relaciono las piernas de aquella señora con su cara: las piernas se pierden sobre la silla..., no hay cara..., tú querida, puedes presumir de bonito rostro y espléndidas piernas...

Ignoro el comentario sobre mi físico y sigo preguntando.

— ¿Por qué siempre me habla de lugares con gente, a ser posible muy llenos?

— Tan sencillo como lo anterior. ¿Te imaginas un sitio sin cerveza, sin vino, sin güisqui y sin cubalibres? ¿Sin ruido de vasos? Sería un sitio muerto. Te voy a contar una cosa. Te voy a poner en situación. Imagínate lo siguiente: Filmoteca. Cine Doré. Viene la misma gente de hace 25 años. Para no variar, en estos tiempos de comportamientos políticamente correctos, de globalización, hay una pareja que se besa con toda pasión, como aquellos perros que describe Cela en el Viaje a la Alcarria. En las mesas, los mismos: aquella incomunicación terrible, absolutamente invencible. Esas barreras que sólo se rompen sólo cuando se ha estudiado el bachillerato juntos o ya nada importa. Las mesas, ocupadas sólo por una persona en cada una, la gente dando vueltas alrededor, nadie se atreve a preguntar si puede compartir mesa y silla. Nadie pide compartir la conversación... ¿Hay algo más literario que eso?

— Efectivamente es literario lo que dices, pero ¿qué gente ves en la filmoteca, en esos bares que tu frecuentas y donde te inspiras?

— En su mayoría hombres, varios de ellos con el pelo largo. Las mujeres todas acompañadas de besucones. Algunas mujeres, muy pocas, acuden solas, son mayores. Se me ocurren algunas cuestiones sobre las mujeres: No van porque no les interesa la cultura. Las que vienen, acompañan a hombres que dicen que les interesa el cine, pero yo lo dudo, creo que sólo les interesa "chercher la femme" . Las que vienen solas, pocas. Y lo definitivo: las mujeres que no vienen porque tienen que fregar... o mejor no vienen, simplemente, porque son listas y esto es aburrido. Los hombres, algunos, casi todos, por las conversaciones, se las dan de leídos y hay un buen número de gays. Hablan de las columnas de El País, o del artículo de fondo del ABC, aparentan conocer a todo el mundo. ¡Vaya calaña, ésta! Quizá sean ciertas esas relaciones de las que presumen, pero... Ignoro la película que ponen, ciertamente no hay entradas y por la cafetería atraviesa una enorme cola, como un camino de hormigas, de esta fauna difícil de encontrar en otros sitios. ¡Qué lugar el Cine Doré! Cine emblemático de Madrid. Falta el libro en la biblioteca imposible, fácil de escribir, por otro lado. El libro de los Cines de Madrid, el Libro de los Cines de la Región, el Libro de los Cines de España. Tres nuevos libros. Sitio idóneo éste para la presentación. El método de investigación, sencillo: ¡mucha hemeroteca!…. El Colegio de Arquitectos, de cómplice, las productoras y distribuidoras de cine, también. Falta ese capítulo en la historia del cine. El de los videos lo dejamos para otros. O mejor lo complicamos con los productores: en honor a Gustavo Quintana, Payell, las películas de la transición, Emiliano Piedra, Emma Penella. Te propongo este tema para otro proyecto. ¡Ojo al negocio! Todo un panorama, un libro cantado y de éxito... ¿Quieres que te cuente historias de este cine? Saldría otro libro...

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