sábado, febrero 09, 2008

LA BIBLIOTECA IMPOSIBLE: ATREVIMIENTO

El viejo Tardón pasa al ataque. Paula Marta comienza a sentirse desarmada.

— ¡Atrévete!- le digo desafiándole en su imaginación totalmente desbocada. Advierto que me conduce por dónde él quiere. Ya no soy yo quien domina la entrevista...

— ¡Escucha! Son la siete y media. Entra gente nueva, ¡es un decir! Son muchachos que quieren ver cine y no saben dónde, y mayores a quien les gusta el mundillo. La sala ha quedado tranquila. En la barra un hombre con gabardina y otros dos con chubasqueros mantienen pendientes al grupo. Un muchacho pregunta:

"— ¿ Cómo fue 1975?- Nadie le contesta...

En una mesa un hombre de barba blanca ojea el prospecto del cine. Es un hombre de edad media y móvil. La camarera, rojo y negro, como la tarde, administra el cotarro de las mesas. Una pareja, con cara de tres licenciaturas, toma café. También hay un guardia de seguridad con escudo en el brazo. El hombre de la mesa que alterna cuaderno y programa de cine, interrumpe sus apuntes, deja el bolígrafo sobre el papel en blanco y emprende un diálogo con otro hombre de barba negra que se ha atrevido a sentarse en la misma mesa. Hablan de Edi Piaff y Gloria Lasso, Concha Piquer, de Conchita Márquez Piquer, de El Pescailla y la rumba, de la Jurado, de Carmen Sevilla, de Marifé de Triana. No queda nadie de la copla que no salga esta noche a cantar: La Jurado tiene mucha voz pero no tiene sentimiento, La Pantoja mucho sentimiento, pero sin voz. Hay comparaciones entre Serrat y Raphael, como en los viejo tiempos. Salen tambien Chiquetete y el Pantojas y concluyen, ya avezados y convencidos, que cada uno ha dado, sobre este tema, con un experto que le gusta tanto como al otro estas aventuras. En el ambiente, suena una música de cine, parece que ponen bandas sonoras famosas: Bailando bajo la lluvia, Un hombre y una mujer, El bueno, el feo y el malo... Gloria Lasso fue la Edi Piaff española, y la heredera de ambas, Paloma San Basilio. No muy convencido de lo que oigo, me pregunto ¿será otro libro? y no encuentro contestación, pero podría serlo... Salimos de la sala y atravesamos por el mercado Doré, por el pasaje... El mercado que está al lado del Cine tampoco tiene desperdicio: la interculturalidad, los puestos, otro libro...

—¿También le inspira la calle?

— ¡Cómo no! Sígueme en la misma ruta: Atocha:

El mundo fantástico: Sexi Show: chicas que se desnudan. Las miro... Dos chicas ponen el culo sobre la ventana del espectador y se van. Dos tipos: las que parecen alegres y las tristes. Las tristes no me gustan. Sobre las alegres se me ocurren historias y llamar en mi ayuda a Anäis Nin, o a ti misma ¿conoces Pájaros de Fuego? escribe lo que mejor te parezca, mezcla las historias con intrigas de espías, que según algunos fue lo que hizo la Nin durante la segunda guerra. En el salón algunas parejas que no entrar a ver el show pero curiosean especialmente los juguetes eróticos: consoladores, coños artificiales, muñecas, cremas... Se ríen mucho las señoras. En la tienda veo flores. Compro una. Luego te la regalo, la tengo en casa, a condición de que la huelas para mí... Son unas bragas rojas como la pasión... ¿Por cierto de qué color son las tuyas?

Me quedo pensativa. Debe notárseme en la cara, he sentido como un latigazo en el cuerpo. No me esperaba la pregunta, aunque venía preparada para cualquier cosa. De Petronilo, se debe esperar todo. Sin embargo contesto:

—Blancas. Son blancas. Tengo poca imaginación para esas cosas.

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