viernes, marzo 30, 2007

BIELORUSIA

PUBLICADO HACE MUCHOS AÑOS EN EL DIARIO DE ALCALÁ
VA PRO VOSOTROS: LUZ, RAFA...
BIELORUSIA
Tal vez sea una inocentada, tiendo a creer que no, una vez leída la columna de Haro Teclen, y las recomendaciones que, por lo visto, hacía Cebrián, pero la fotografía que publica El País del día 28 en la sección Gente, debajo de donde se ve a Aznar con la fiebre de la nieve, se las trae en lata. Dos señoras lucen sus cachas en un desfile vanguardista en Minks ciudad donde la "creadora" Lyudmila Riabova ha presentado "la moda de cocina".
Cuando ojeé el periódico llamé inmediatamente a Luz del Olmo. En su casa descansa unos días Eugenia, también bielorusa y familiar de Natacha, la niña que tanto Mariano como Luz adoran y que cada verano viene un mes en Velilla de San Antonio. Porque Natacha lo pasa mal Mariano Plaza, el compañero de Luz del Olmo, hombre que no entiende de fronteras porque su familia se desperdiga desde Brasil hasta Suecia y él mismo tan pronto viaja a Moscú como a Viena o a cualquier punto de la Europa Central, la víspera de nochebuena se hizo cuatro mil kilómetros en dos días para buscar a Eugenia y tener noticias de viva voz de Natacha.
Sabemos que Elena, la maestra bilorusa que viene con los niños, apenas ríe porque come poco. Sabemos que Larisa otra maestra, que también ha dejado buenas amistades en Velilla, llora, porque entre otras cosas, al marido se le ha estropeado el autobús que conducía y, como no hay repuestos, pues simplemente engrosa las filas del paro y del hambre...
Sabemos que Natacha y muchos de sus compañeros y compañeras no sufren la crisis monetaria de Rusia y Bielorusia ya que no tienen un rublo: practican el trueque y gracias a ello sobreviven.
Sabemos todas esas cosas y nos aparece en el periódico el espectacular trasero y la no menos provocativa delantera de estas dos mujeres sin nombre que posiblemente se ganen el sustento anunciando una moda de cocina donde al parecer hay poco que cocinar. La reflexión facilona es la que por lo menos se entretienen y si las cocineras se muestran así entre los fogones seguro que ahorran en viagra, por ejemplo. Pero no deja de ser sarcástico que un país con unos problemas de subsistencia absolutamente dramáticos dé personajes como la Riobova ésta que se dedique a diseñar pañitos corporales para degustar entre las cacerolas vacías.
Si es una inocentada el mal gusto alcanza el sobresaliente, si es verdad, el sarcasmo ronda el asombro, aunque no sin razón siempre se ha dicho que hay gente pa tó.
Os prometo que esta columna hubiera sido de otra manera de no conocer a Mariano, Natacha, Helena, Larisa y a Eugenia.
Pedro M. Talavan.

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